La investigación a cargo de Juan Baraja, actualmente en curso, se realiza en el contexto del proyecto fotográfico 20/XXI. Imágenes de España impulsado por la Fundación ICO.
En 2021 Juan Baraja recibe el encargo por parte de la Fundación ICO de realizar un proyecto específico sobre una infraestructura ferroviaria denominada Y vasca. Esta infraestructura pretende unir mediante vías de alta velocidad las tres capitales vascas –Bilbao, San Sebastián y Vitoria– en un recorrido medio de 35 minutos y conectarlas por un lado con Francia y por otro con Madrid.
La investigación a cargo de Juan Baraja, actualmente en curso, se realiza en el contexto del proyecto fotográfico 20/XXI. Imágenes de España impulsado por la Fundación ICO. Este proyecto, continuador de otros semejantes surgidos desde la década de 1980 tanto en el contexto español como en el europeo, busca representar el territorio nacional y sus transformaciones, incluyendo las consecuencias sociales y medioambientales de la creación de macro-infraestructuras.
La Y vasca lleva más de dos décadas en construcción y su finalización está prevista en 2028. El proyecto, singularmente ambicioso y complejo por su escala, ha atravesado cambios de normativa ambiental y ferroviaria a nivel de la Unión Europea. El grado de contestación a esta infraestructura ha alcanzado a la práctica totalidad de la sociedad vasca, apoyado en una argumentación muy diversa y heterogénea. Colectivos medioambientalistas como Ecologistas en Acción, Eguzki o AHT Gelditu! Elkarlana se han opuesto no solo a su impacto sobre los ecosistemas vascos sino al modelo social que una infraestructura de estas características induce. Las obras fueron objeto de una campaña de atentados y boicots a partir de 2007 por parte de ETA. Entre los partidos políticos opuestos a la
Y vasca se encuentran Equo Euskadi, Bildu, Amaiur, Euskal Herria Bildu, Sortu, Alternatiba, Zutik o Aralar. Sindicatos como ELA, LAB, ESK, EHNE, CNT, CGT, STEE-EILAS o HIRU también la han rechazado, e incluso municipios como Anoeta o Elorrio han realizado votaciones populares en las que la mayoría se ha decantado contra la infraestructura.
El coste social y medioambiental se aprecia en la inserción de un nuevo paisaje, resultado de la materialidad impuesta por el hormigón sobre los bosques, del desplazamiento de caseríos a partir de la expropiación de terrenos, del movimiento de tierras y de la nueva fisonomía de las capitales de provincia. Frente a ello, el eco constante del progreso, personalizado en más trabajadores de la construcción y en la promesa de mayor bienestar económico futuro.
Juan Baraja afronta este proyecto con la perspectiva de culminar la serie fotográfica en 2028.
Alfredo Puente, FCAYC