La relación entre la luz y la oscuridad es una de las principales fuentes de la exuberante mitología local.
El pueblo de Ólafsfjörður, en la boca del fiordo Eyjafjörður, está en Islandia. Allí, algunos de sus poco más de ochocientos habitantes trabajan para Norlandia, una compañía pesquera y secadero que abastece de bacalao, carbonero, colmillo y abadejo tanto a mercados locales como a extranjeros.
La pequeña flota de arrastre de Ólafsfjörður aporta la principal fuente de recursos para la población humana de la región y determina gran parte de sus condiciones de vida. La dureza del paisaje encuentra correspondencia en las personas y en el contexto de su actividad diaria. Durante el mes de julio sus habitantes no ven ponerse el sol. La relación entre la luz y la oscuridad es una de las principales fuentes de la exuberante mitología local.
Juan Baraja, en el marco de la residencia Listhús obtenida en 2014, investiga un modo de vida profundamente condicionado por el biotopo y por una luz casi porosa. Fruto de su estancia en el fiordo, en paralelo al proyecto Experimento Banana, realiza la serie fotográfica titulada Norlandia. En este proyecto, el fotógrafo se aparta por primera vez del trabajo específico sobre arquitectura que había marcado su producción hasta el momento para introducirse en el retrato.
Alfredo Puente, FCAYC