Entre 2009 y 2012, en pleno vértice de la crisis económica que asoló gran parte de Europa, con especial intensidad entre los países del sur, Juan Baraja aborda con su cámara la presencia de algunos de los grandes centros de producción industrial relacionados con el sector de la construcción. Fruto de ello es la serie Catedrales
Entre 2009 y 2012, en pleno vértice de la crisis económica que asoló gran parte de Europa, con especial intensidad entre los países del sur, Juan Baraja aborda con su cámara la presencia de algunos de los grandes centros de producción industrial relacionados con el sector de la construcción. Fruto de ello es la serie Catedrales en la cual cobran protagonismo cementeras de La Robla, Morata de Tajuña, Noblejas, Toral de los Vados o Murcia.
El interés del fotógrafo, en esta ocasión, se sitúa en la búsqueda de la personalidad de estos espacios industriales a partir de sus propios condicionantes constructivos. El carácter catedralicio que retrata el título de la serie oscila entre la hipérbole, alusiva a la desmedida importancia que alcanzó la economía del ladrillo, y la forma en la que la luz se adueña de los espacios y los enaltece. Las soluciones edificatorias de este tipo de espacios industriales, caracterizadas por espacios diáfanos y esbeltos para poder realizar tareas de producción a gran escala y con maquinaria pesada, se asemejan a algunas de las soluciones características de los templos góticos. Pasarelas elevadas con funciones de mantenimiento de la infraestructura podrían estar formalmente cercanas a los triforios habituales en las catedrales del s. XII. Sin embargo, es de nuevo el uso de la luz como material constructivo el verdadero aglutinante de la relación entre unas y otras, más allá de cualquier idea de estilo.
Alfredo Puente, FCAYC.